Empezar a explorar las mil y una complejidades de un vino es uno de los grandes placeres de quienes dan sus primeros pasos en este universo, y, sin duda, la cata es una de las formas más interesantes de descubrir la riqueza de aromas y sabores. detrás de una etiqueta de vino.
Pero si la palabra “cata” te asusta, refiriéndose a un escenario aséptico y destinado solo a propietarios experimentados de gusto y olfato hiperrefinados, no te preocupes: explorar un vino no es una actividad exclusiva de los especialistas, ni tampoco de forma rígida. reglas definidas.
Sin embargo, por supuesto, siempre es posible hacer que la experiencia sea más placentera. Es por eso que hemos separado cinco consejos sobre lo que puede hacer al degustar un vino para que este momento sea aún más especial:
Sirve la bebida a la temperatura ideal
Para los blancos, rosados y espumosos se recomiendan las temperaturas más bajas, entre 7 y 12ºC, mientras que los tintos varían según el cuerpo y la complejidad, manteniéndose entre 12º y 18ºC. Para su conservación, la temperatura media indicada es de 13ºC.
Ir más allá de las apariencias
Algunas personas juzgan un vino por su precio, origen e incluso el tapón (el corcho sólido es ciertamente más exitoso que los tapones de rosca, los sintéticos y los de vidrio), pero un vino caro o súper sofisticado no es necesariamente el mejor.
El consejo aquí es: confíe en su propio gusto. Una idea para quien no quiera dejarse influir por la etiqueta o el sello es realizar una cata a ciegas, en la que las botellas son tapadas y servidas por una persona aparte de la cata.
Alternar vino con agua (y nada más)
Además de asegurar tu hidratación y evitar molestias al día siguiente, el agua ayuda a limpiar el paladar en caso de degustación con diferentes etiquetas.
También es bueno no consumir otras bebidas fuertes, como licores, cerveza, café o té.
Sirve desde el “más débil” al “más fuerte”
Si tu idea es degustar vinos diferentes y no sabes por dónde empezar, te recomendamos el siguiente orden: por peso, empezar por los más ligeros, pasar a medios y terminar con los con mucho cuerpo; si vas a probar diferentes tipos, lo ideal es empezar con espumantes, seguir con blancos, rosados y terminar con tintos; si el criterio es la dulzura, empezar por seco, seguido por medio seco y finalmente dulces. También dé preferencia a comenzar desde el menos hasta el más leñoso, si es posible.
Cuidado de la taza
¡El vino es tan sensible que incluso el calor de nuestras manos puede influir en sus características! Por lo tanto, generalmente se recomienda sujetar el cuenco por el tallo. Otro indicio es servirlo con moderación, lo ideal es que el vino ocupe ⅓ de la copa, para que no corras el riesgo de que la bebida se caliente antes de terminarla.
Y recuerda, más que didáctica, la degustación debe ser interesante y divertida, preferiblemente compartida con los seres queridos y también enriquecida con tus platos favoritos, entrando en otra experiencia muy especial en el mundo del vino: la armonización.