El centro histórico de la ciudad más importante de la Toscana parece despertar cada día envuelto en una especie de tono dorado, que adquiere diferentes intensidades a medida que pasan las horas. Delineando una silueta inconfundible, la cúpula de la Catedral de Santa María del Fiore, el Duomo, domina el paisaje.
El río Arno divide la ciudad, siguiendo sus contornos magistralmente trazados. Cuna del Renacimiento, Florencia es una ciudad pequeña. Se dice que se puede recorrer en tan solo media hora. Bueno… recorrerla, quizás.
Pero descubrirla es otra historia: es imposible resistirse a detallestan intrigantes que se multiplican a lo largo del camino, como el Ponte Vecchio, la Galería de los Uffizi y el Duomo, además de iglesias, villas y palacios que componen una arquitectura que brilla en su máxima perfección.Entre tantas sorpresas, es natural que los sabores también se hagan presentes en restaurantes diminutos y sin pretensiones repartidos por la ciudad. El Mercato Centrale, en la Piazza del
Mercato Centrale, es uno de los símbolos de la buena gastronomía toscana y de sus vinos.Muchos de los mejores restaurantes y enotecas florentinas tienen una larga tradición y raíces profundas. Este es el caso de la Trattoria Sostanza (@trattoriasostanzafirenze), fundada hace 150 años y una verdadera institución local.
El menú es conciso y rigurosamente toscano, por supuesto, una excelente oportunidad para probar la tradicional bistecca fiorentina.
Todo se prepara en horno de leña y el resultado, obviamente, se despliega en el sabor. También debes probar el tortino di carciofi, un plato icónico de la casa. Es imperdible el generoso omelette, con un interior cremoso y alcachofas crujientes en el centro.
Otro lugar histórico e igualmente ideal para disfrutar de la clásica bistecca es la Trattoria Cammillo (@trattoriacammillo), en la Borgo San Jacopo, a cinco minutos a pie del Ponte Vecchio, el puente más famoso sobre el Arno. Abierto en 1945, sigue siendo uno de los mejores lugares para degustar auténticos sabores toscanos caseros.
A los amantes de la pasta les encantará el delicioso espagueti à bottarga (con huevas de mújol) e, inevitablemente, coronarán la comida con un tiramisú cremoso y espectacular, un postre a base de queso mascarpone, café y vino Marsala.
Cuando se trata de pizza, no faltan lugares que presumen de tener la mejor pizza de la ciudad, pero pocos son tan fieles a la tradición como Gustapizza (@gustapizza), que cuenta con pizzaiolos napolitanos.
El lugar, en una esquina cerca de la Piazza Santo Spirito, tiene un ambiente informal, con un público generalmente joven y sin ceremonias: llegas, te diriges a la caja, eliges y pagas tu pizza y, una vez lista, la disfrutas sin demora. Los precios son atractivos: una Margherita cuesta 7 euros. El menú ofrece solo 15 sabores (uno de ellos es el calzone).
Enotecas de Florencia
Las enotecas o bodegas de vinos están por todas partes. En la pequeña Piazza dei Rossi, a pocos pasos del Ponte Vecchio, Le Volpi e l’Uva (levolpieluva.com) es, para muchos, lo mejor de Florencia. Tiene un ambiente informal y un equipo dispuesto a ayudar en la elección de vinos.
La selección de etiquetas italianas por botella y copa es extraordinaria. Lo mejor, aquí encontrarás etiquetas que rara vez se encuentran en otras estanterías de la ciudad, además de quesos y embutidos para picar y deliciosos panini gourmets.
Otra opción es Il Santino (facebook. com/ilsantinofi). Pequeño y acogedor, tiene un ambiente rústico, con estantes llenos de productos locales. Las embutidos cuelgan de ganchos y se exhiben en vitrinas, que también muestran una increíble variedad de verduras encurtidas y quesos de varias regiones de Italia, Francia, Inglaterra y Bélgica. Es la versión local de una bar de tapas.
El menú incluye unaextensa lista de etiquetas servidas en copa o botella.Si no buscas una opción tradicional, laEnoteca Pitti Gola e Cantina (pittigolaecantina.com), en la Piazza Pitti, es una de las más hermosas de la ciudad. Contemporánea y elegante, cuenta con mesas de mármol y estanterías que llegan desde el suelo hasta el techo con etiquetas de los mejores productores toscanos. La lista incluye también opciones de vinos para postres en copa.
Lo ideal es elegir una de las mesas al aire libre, con vistas al Pallazo Pitti.A las puertas de la ciudad, como su nombre indica, se encuentra la Enoteca Fuori Porta (fuoriporta.it). Vale la pena la visita, ya que abrió sus puertas en 1987 ofreciendo solo vinos por copa, pero luego se expandió y se convirtió en un restaurante.
La carta es extensa, con casi 600 etiquetas que acompañan selecciones de carnes y quesos, además de porciones apetitosas y generosas de pasta, que son las mejores para disfrutar con los vinos locales, en esa deliciosa coreografía de hacer girar el tenedor en el plato, alternando con sorbos placenteros. Extiende la visita a la cercana Piazzale Michelangelo. Desde su mirador se toman las fotos más instagrameables de la ciudad.
La Toscana Poralain Ducasse
La oportunidad es tentadora: desde Florencia, toma una carretera y, dos horas después, llega a un hotel bucólico rodeado de viñedos y olivares. En la ciudad costera de Castiglione della Pescaia, L’Andana cuenta con el chef francés Alain Ducasse como copropietario, quien se asoció con el empresario Vittorio Moretti para crear su versión de un hotel rural italiano. La impresión es la de estar en un típico pueblo donde la comida y el vino reciben la máxima atención.
El desayuno es una experiencia especial, con productos dispuestos en la propia cocina, en un ambiente informal y doméstico. Pasteles y dulces caseros, huevos preparados de diversas formas, mantequilla y quesos artesanales destacan la importancia de los ingredientes.
El almuerzo y la cena también refl ejan auténticas tradiciones locales, preparadas con productos de temporada. Destacan platos del mar y de la tierra, además de, por supuesto, pasta artesanal. Lujo gourmet: los propios chefs dan clases de cocina a los huéspedes en talleres muy instructivos. Obtén más información en andana.it.
