Visitar la ciudad y la región de Burdeos tiene un sabor espe cial. La región vinícola más fa– mosa del mundo, es también una de las ciudades más bellas de Francia. Capital de la provincia de Aquitania, en el suroeste de Francia, la ciudad va más allá de los vinos, que figuran entre los más codiciados del mundo, y destaca como centro gastronómico y alberga museos y monumentos históricos, hasta el punto de haber sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La historia de la región se remonta al siglo III A.C. cuando los celtas se asentaron en ella. Burdeos, situada a orillas del río Garona, se convirtió en la capital regional del Imperio Romano y sufrió varias invasiones durante la Edad Media. Sus días de gloria llegaron con Napoleón Bonaparte en el siglo XVIII y, más tarde, con la aristocracia francesa.
En las afueras, cuevas y grutas conservan los testimonios histó- ricos de sus primeros habitantes. Alrededor de la basílica de Saint Michel, se conservan murallas y torres de la época medieval.
De la época napoleónica, el Puente Pierre sobre el río Garona es una de las construcciones más impresionantes, mientras que la riqueza y el esplendor de la época dorada de la ciudad, en el siglo XVIII, están representados por la imponente arquitectura de los edificios histó- ricos. El más llamativo es la Place de la Bourse y su espejo de agua, el mayor del mundo que, al reflejar el imponente edificio del Palais de la Bourse, produce una de las imá- genes más emblemáticas del lugar. Ciudad del vino y del arte se divide en cinco distritos, Burdeos se asemeja a París en versión “boutique”.
Amplios bulevares y paseos peatonales parten del Grand Thêatre y de la Esplanade des Quinconces, e invitan a recorrer la ciudad a pie o en bicicleta. Boutiques de diseño, miles de bodegas y tiendas, anticuarios, joyerías, bares, cafés y restaurantes garantizan la emoción con estilo.
Para degustar especialidades locales como foie gras, confit de oca, y las ostras y caviar más frescos, ambos producidos en el estuario del Garona, elija uno de los prestigiosos restaurantes de la ciudad, como el mítico Le Gabriel, famoso por su cocina regional clásica.
Para una comida sin pretensiones, La Brasserie Bordelaise es un asador que sirve sabrosos cortes y ofrece una carta de más de 700 vinos para maridar con los platos de la casa Quienes decidan alojarse en el perímetro urbano encontrarán una enorme oferta hotelera, pero para una experiencia impecable, comme il faut, como dicen los bordeleses, destaca sin duda el Intercontinental Bordeaux Grand Hotel, tarifas diarias a partir de aproximadamente 400 euros.
Estandarte de la hospitalidad en la ciudad, es también uno de los edificios más famosos, que priman el lujo y la sofisticación clásica. Dentro del hotel, el célebre chef Gordon Ramsay comanda la cocina del estrellado Le Pressoir D’Argent. Para una estancia más relajada, el Hôtel de L’Opéra (tarifas diarias desde 490 euros) está cerca de las principales atracciones de la ciudad. Entre los superlativos arquitectónicos de Burdeos figuran la impresionante Ópera Nacional, hermosas catedrales y el Museo de Bellas Artes, restaurado hace menos de una década en un edificio neoclásico fundado en 1801.
La colección, una de las mayores pinacotecas fuera de París, reúne obras de los siglos XVI al XX, con más de 500 cuadros de artistas de la Escuela Europea del siglo XVIII Visite también el museo Cité du Vin: inaugurado en 2016, su impresionante arquitectura recuerda el movimiento del vino cuando se sirve en la copa.
Entre las atracciones, hay un recorrido interactivo por viñedos de todo el mundo, así como eventos, clases, talleres, catas, bar, restaurante con vistas panorámicas de la ciudad y una tienda con más de 800 etiquetas de todo el mundo.
El edificio de ocho plantas reserva también 20 salas de la colección principal que detallan toda la historia de la bebida, su relación con el hombre, con la tierra, con la mitología y las religiones. La atracción multisensorial que se desarrolla en una sala circular, con proyecciones a 360°, sonidos y aromas, es una de las favoritas del público.
La joya de Burdeos, en Francia
Sin embargo, la riqueza de la región reside en el campo: la mayor zona vitícola de calidad del mundo, repartida a lo largo de las riberas de los ríos Garona y Dordoña y del estuario de la Gironda, formado por la confluencia de estos ríos. Al norte de la Gironda y la Dordoña, en la región conocida como la Margen Derecha, se encuentran los distritos de Libournais, Bourg y Blaye y los famosos Pomerol y St Émillion. En esta región predomina la variedad Merlot.
Al sur de la Gironda y la Dordoña, la llamada Orilla Izquierda, se encuentran Médoc, Pauillac y Haut-Médoc, por quedarnos con las denominaciones más famosas. Allí predomina la variedad Cabernet Sauvignon. La mayor parte de la inmensa zona entre Dordoña y Garona es la región llamada Entre-Deux-Mers (entre dos mares).
En total, hay más de 4,000 fincas vinícolas, la mayoría antiguos châteaux, que conservan sus castillos o suntuosos edificios del pasado. Conviene saber que el 85% del vino que se produce en la región es tinto y que las uvas predominantes son Cabernet Sauvignon y Merlot, seguidas de Cabernet Franc y, en menor medida, Malbec y Petit Verdot -la mezcla bordelesa-. Pero aprenderá todo esto y mucho más visitando unao varias bodegas de la región.
La mayoría de ellas ofrecen visitas guiadascon degustaciones y pueden durardesde una hora hasta un día entero.En su lista no puede faltar Châteaudu Pape Clément, en Pessac. El másantiguo de Burdeos data de 1300 yperteneció al Papa Clemente V.
Deproducción muy exclusiva, el Châ-teau d’Yquem es laestrella de Sauternes, con su famosovino blanco botritizado (elaboradoa partir de las variedades Sauvignon Blanc y Sémillon cuyas pielesson atacadas por el hongo Botrytis cinerea, la llamada “podredumbre noble”). Visite también las propiedades del grupo Tutiac. Conviene recordar que todas las visitas deben reservarse con antelación.
Alojarse en un castillo es sin duda una de las opciones más encantadoras. Abrir la ventana y contemplar un verde viñedo o el idílico paisaje de los terruños de la región inspira cualquier día en Burdeos. Esta es la idea que subyace en el famoso Château des Vigiers (tarifas diarias a partir de 1,270 euros), una propiedad deLa ciudad es un centro neurálgico del arte y la gastronomía, con restaurantes y cafés con estrellas entre bellas catedrales y arquitectura clásica.
El hotel Les Sources Caudalie ofrece un spa con terapias a base de vino (04). Uno de los monumentos emblemáticos de la ciudad, el Puente Pierre, sobre el río Garona, fue construido en la época napoleónica (05)03041597 transformada en un elegantehotel-resort con campo de golf yrestaurantes gourmet en Monastier.
En Saint-Emillion, Les Sources de Caudalie (arifasdiarias desde 2,100 euros) es un hotel boutique cuyo principal atractivoes el spa, donde las terapias se basan en tratamientos con uvas y, porsupuesto, vino.
Todo lo necesario para hacer de su visita a Burdeos una experiencia especial.